La industria de bienes raíces es de manera general uno de los sectores más impactados en Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, El Salvador, Panama y República Dominicana por la contracción económica, la reducción de empleos e ingresos así como el cambio en los hábitos de consumo y de compra de la población a los que se suman las restricciones obligatorias de distanciamiento social, horarios y circulación establecidas por municipalidades y gobiernos.

Mientras la re-apertura siga generando nuevos casos y los horarios y la circulación de las personas sigan restringidas esto tendrá un impacto de contracción en la compra de nuevas propiedades e incluso el traslado por renta o alquiler. 

Las remodelaciones previstas en viviendas de tipo residencial se postergarán o no se realizarán del todo ante la nueva situación. Al bajar la demanda por nuevas viviendas los precios tenderán a reducirse y se generarán precios de oportunidad tanto para alquiler como para compra de propiedades para aquellos que cuenten con la liquidez o el financiamiento necesarios para adquirirlos.

Las reducciones de horarios y los despidos generados por la contracción económica de sectores importantes como la hotelería, el turismo, los servicios personales, la construcción y la industria en general producirán sin duda un aumento en la mora por pago de los inquilinos residenciales, comerciales e incluso industriales. Acuerdos de pago, mucha comunicación y comprensión de propietarios y arrendadores será esencial para sobrellevar este período.

A nivel comercial, los locales vacíos por rentar se incrementarían en la medida que se prolonguen las restricciones a la circulación y los ajustes en los horarios en segmentos acostumbrados a rentar superficies grandes como el comercio, la restauración, los salones de convenciones congresos y los centros de oficina en general. 

Sólo aquellos comercios dedicados a la venta y comercialización de productos básicos o servicios de salud verán su demanda por mas metros cuadrados y nuevas ubicaciones subir como los supermercados, las farmacias, los centros hospitalarios o las clínicas.   

Con la población trabajando ahora desde casa se replantearan muchos esquemas de trabajo tradicional en oficinas y habra mayores espacios vacantes en edilicios, centros comerciales y centros de compra en general. Esto reducirá nuevas inversiones en este tipo de construcciones al haber menor demanda o exigirá una replanteamiento del uso de los mismos como edificios de apartamentos para vivienda o espacios flexibles para uso en franjas horarias.

De manera general, los distintos sectores de la industria inmobiliaria deberán replantear sus modelos de operación tradicionales ya sea con reconversión de sus propiedades en nuevos usos como comercial a residencial, implementación de medidas de bio-seguridad, reducción de espacios dedicados a oficinas, construcción de apartamentos en superficies que antes ocuparon tiendas de productos de lujo o centros de exposición.

La transición de las compras en tiendas físicas a compras en línea que están viviendo la mayoría de países llevará finalmente a replantear y seguramente a reducir los metros cuadrados dedicados a atención al cliente en físico y más bien a aumentar las superficies de almacenamiento para despacho de productos a domicilio por compras hechas en línea en redes sociales, internet o plataformas digitales.

Las visitas virtuales a propiedades a comprar o alquilar irá creciendo en el tiempo para facilitar la toma de decisiones de los consumidores que prefirieren no desplazarse en este momento. Los sitios web que promueven propiedades ya sea para renta o alquiler residencial, comercial o industrial serán los vehículos más utilizados para informarse o encontrar nuevas opciones de vivienda, comercio o de oportunidad de inversión en el corto y mediano plazo.